viernes, 27 de mayo de 2011

Oración de sello con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor (Inspirada al Padre Salvador Herrera)

Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Jaculatoria.
Dios mío ven en mi auxilio, Señor, date prisa en socorrerme.

Invocación.
Invoco la poderosa protección de la Preciosísima Sangre redentora de Cristo, Rey del universo y Rey de México.

Oración de Sello.
En el nombre de Dios Padre, en nombre de Dios Hijo y nombre de Dios Espíritu Santo, sello y protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, mi consciente, inconsciente, subconsciente, mi razón, mi corazón, mis sentimientos, mis sentidos, mi ser físico, mi ser biológico, mi se psicológico, mi ser material y mi ser espiritual. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que puedo, todo lo que se y todo lo que amo, queda sellado y protegido con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Sello mi pasado, mi presente y mi futuro, sello mis planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes, enfermedades, todo queda sellado y protegido  con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Sello mi persona, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico; todo queda sellado y protegido, con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Me escondo en la llaga del costado herido de Jesús, me escondo en el corazón inmaculado de la Santísima Virgen María, amén, amén, amén.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de él.

Consagración a San Miguel Arcángel.
Arcángel San Miguel, hoy nos consagramos a ti, te confiamos todo nuestro patrimonio presente y futuro, bajo tu poderosa protección. ¡Oh gran príncipe del cielo!, fidelísimo defensor de la Iglesia de Dios, Santo Arcángel Miguel, henos aquí cada día mas en la aflicción; el combate que tu comenzaste en el cielo, continua en la tierra; la gran apostasía de Dios, está arrojando mas almas al abismo del infierno; la Santa Iglesia, no solamente es perseguida desde afuera, sino lo que es más peligroso todavía, es atacada en su interior, por sus enemigos, la viña del Señor, esta descuidada. Con humilde confianza en tu bondad y en el poder de tu auxilio, nos presentamos en compañía de nuestro Ángel de la Guarda y del Ángel Protector Custodio de la Nación Mexicana, para entregarnos a ti; se tu nuestro patrono, protector especial e intercesor, defiéndenos de todos los ataques del enemigo maligno, especialmente en el combate de las tentaciones contra la fe y la pureza, guárdanos de la perdición del pecado, guarda en nuestra alma, la paz en la hora de la muerte y guíanos seguros, a la casa Paterna del cielo, amén.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha, se nuestro amparo contra la asechanzas y perversidades del demonio, que Dios lo reprima, son nuestra humildes suplicas, y tu príncipe de la milicia celestial, con el poder que el Señor te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas; te rogamos, protege de manera especial a las almas de nuestros antepasados, familiares, pero también a las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, españoles, mestizos, criollos, que se encuentran en el purgatorio. Amén.

Salutación a la Virgen María.
¡Salve reina de los cielos y Señora de los ángeles!, ¡Salve raíz!, ¡Salve puerta!, que dio paso a nuestra luz, alégrate Virgen Gloriosa, entre todas la más Bella; ¡Salve Agraciada Doncella!, ruega a Cristo por la almas que se encuentran en el purgatorio de nuestras familias, protege y ayuda a todas las almas de aquellos que nos precedieron en  los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, los españoles, los mestizos, los criollos, más necesitadas de su Divina Misericordia.
            Dulce Madre, por el amor que me tienes, intercede por estas oraciones ante el Trono de Dios, para los nueve coros celestiales efectúen en mí y en nosotros, transformaciones y cambios necesarios. Madre Inmaculada, envíanos el auxilio de tus legiones celestiales, para que bajo tú mandato y poder, persigan a los espíritus infernales, luchen contra ellos, nos defiendan, contra sus ataques los venzan y los arrojen nuevamente al abismo, impidiéndoles regresar: A mí, a los míos, a nuestra patria, en cualquier tiempo o lugar. Madre de Misericordia, que sean enviadas las Jerarquías Angélicas en auxilio de todas las almas purgantes, de los sacerdotes, religiosos, monjas, laicos consagrados, que cometieron sacrilegios y blasfemias o rompieron sus promesas y votos hechos a Dios a través de la Iglesia Católica, amén.

Canto.
Jesús, Jesús, Tu eres el pan que da al mundo vida eterna.
Señor, Señor, yo creo en Ti, yo espero en Ti, Señor.

Petición a San Miguel Arcángel.
San Miguel Arcángel, que por tu obediencia a Dios, recibiste de Él, la fuerza y el poder, para derrotar al rey de los hijos del orgullo, la altivez, la soberbia, te suplicamos para que nos ayudes, para que también sean vencidos, en mi, en nuestra familia, en nuestra patria, protege y ayuda a todas las almas que se encuentran en el purgatorio, especialmente pedimos por las de nuestras familias, pero también por las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Indígenas, españoles, mestizos, criollos, que se encuentran en el purgatorio.

  Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de Él.

Petición a San Gabriel Arcángel.
San Gabriel Arcángel, mensajero de Dios, abre nuestra comprensión, para que podamos vivir con el Espíritu Santo en la verdad; ayúdanos para que podamos entender las revelaciones, que Dios haga a nuestra alma, intercede, junto conmigo por las almas de nuestra familias y las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, los españoles, los mestizos, los criollos, etcétera, que se encuentran en el purgatorio.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Jesús, Jesús, Tu eres mi paz, eres mi gozo y mi alegría.
Señor, Señor, yo creo en Ti, yo espero en Ti, Señor.

Petición a San Rafael Arcángel.
San Rafael Arcángel, curación y bálsamo divino, te rogamos sanes las heridas de mis pecados y las de todas nuestras familias, las heridas de los pecados de nuestros antepasados, las heridas de los pecados de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: indígenas, españoles, criollos, mestizos, etcétera, que se encuentran en el purgatorio.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Petición al Santo ángel de la guarda.
Santo ángel de mi guarda, centinela, servidor de  Dios y mío, protégenos y llévanos en tus manos, para que no tropiecen nuestros pies en piedra alguna, que tampoco seamos nosotros, piedra de tropiezo, en la vida de otras personas.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de Él.  

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sábado, 7 de mayo de 2011

Oración Universal (atribuida al Papa Clemente XI)

Creo en Ti, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza; te amo, Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente; estoy arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor.

Te adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi último fin; te alabo porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en Ti, porque eres mi protector.

Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.

Te ofrezco, Señor mis pensamientos, para que se dirijan a Ti; te ofrezco mis palabras, para que hablen de Ti; te ofrezco mis obras, para que todo lo haga por Ti; te ofrezco mis penas, para que las sufra por Ti.

Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres Tú, quiero como lo quieras Tú y durante todo el tiempo que lo quieras Tú.

Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, que inflames mi voluntad, que purifiques mi corazón y santifiques mi alma.

Ayúdame a apartarme de mis pasadas iniquidades, a rechazar las tentaciones futuras, a vencer mis inclinaciones al mal y a cultivar las virtudes necesarias.
Concédeme, Dios de bondad, amor a Ti, odio a mí, celo por el prójimo, y desprecio a lo mundano.

Dame tu gracia para ser obediente, ser comprensivo, saber aconsejar a mis amigos y perdonar A mis enemigos.

Que venza la sensualidad con  la mortificación, con generosidad la avaricia, con bondad la ira; con fervor la tibieza.

Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor frente a los peligros, paciencia en las dificultades, humildad en la prosperidad.

Concédeme, Señor, atención al orar, responsabilidad en mi trabajo y firmeza en mis propósitos.

Ayúdame a conservar la pureza de alma, a ser modesto en mis actitudes, ejemplar en mis conversaciones y a llevar una vida ordenada.

Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos, para fomentar en mí tu vida de gracia, para cumplir tus mandamientos y obtener la salvación.

Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura.

Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme del infierno y alcanzar el paraíso.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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