martes, 8 de enero de 2013

Rosario de Liberación (en la voz del Padre Moisés Lárraga)

Canto.
Tu eres mi refugio, mi castillo, mi Dios en quien confío,
No temeré, bajo tu sombra estaré, eres mi Dios, mi protector.
Altísimo, Todopoderoso, protejeras día y noche mi andar,
pues tu eres mi Guardián. (x2)
Pues tu eres mi fiel Guardián.

Introducción.
El que ora cantando ora dos veces, este rosario de liberación, es una oración en la que el Señor esta manifestando su Poder, liberando y sanando a los hombres. Mencionamos 205 veces el nombre de Jesús, con puras frases bíblicas que están en los santos Evangelios; Jesús esta vivo en medio de su pueblo, Jesús se manifiesta a los hombres a través de signos, milagros, obras y prodigios. Este rosario es un signo, en el que Jesús ha querido manifestarse en aquel que con fe y devoción lo rese.

Señal de la Cruz.
Por la señal de la cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor Dios nuestro,
 en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Credo.
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos.
 Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho.
Que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo, se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre.
Y por nuestra causa, fue crucificado, en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado y resucitó al tercer día según las escrituras; subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una Santa, Católica y Apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados, espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de Súplica.
¡Oh Dios del cielo y de la tierra!, Dios de los ángeles, Dios de los arcángeles, Dios de los profetas, Dios de los apóstoles, Dios de los mártires, Dios de las vírgenes. Dios que tiene el poder de dar la vida después de la muerte, descanso después del trabajo. Porque no hay otro Dios fuera de ti, ni podrá ser verdadero, sino Tu creador del cielo y de la tierra, que eres Rey verdadero, cuyo reino no tendrá fin; humildemente suplico a la majestad de tu gloria, que a este ciervo tuyo te dignes librarlo de los espíritus impuros. Me cubro con la Sangre Preciosa de nuestro Señor Jesucristo.

Canto.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo malo, defiéndeme.
A la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus angeles y santos, te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén. (x3)

Oración de Protección.
Te rogamos Dios Todopoderoso, que el espíritu de la iniquidad, no tenga ya mas poder sobre este ciervo tuyo, sino que huya y no regrese; y que entre por mandato tuyo la bondad y la paz de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos sido redimidos y que no temamos a ningún mal; porque el Señor esta con nosotros, y que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
¡Bendito seas Señor!, ¡te alabamos y te bendecimos Señor!, ¡Gloria a tu nombre Santo!. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha, sé nuestro apoyo contra la perversidad y asechanzas del demonio; que Dios manifieste sobre el su poder es nuestra humilde súplica. Y Tú, ¡Oh Príncipe de la Milicia Celestial!, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás  espíritus malignos que vagan por el  mundo para la perdición de las almas. Amén.
¡Quien como Dios!, ¡Nadie como Dios!. En el nombre del Señor Jesucristo, quedo liberado de cualquier opresión, por el poder de su Sangre. Y la Santa Cruz sea mi luz; No sea el Dragón mi guia; retírate Satanás; no me aconsejes vanidades; son cosas vanas las que tu brindas; veve tu ese veneno.
Porque al nombre de Jesús toda rodilla se dobla, en el cielo y en la tierra y los abismos, toda lengua proclama que Jesús es el Señor. La Sangre Preciosa de mi Señor Jesucristo, me cubra a mi, a mi casa, a mi familia, a mi trabajo. En el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Rosario de Liberación.
(Rezar en lugar de los 5 misterios del rosario Mariano)
Jesús ten Piedad de mi, Jesús sálvame, Jesús sáname, Jesús libérame. (x9)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Si Jesús me libera, verdaderamente quedo liberado.

Padre Nuestro.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos y guardanos de todo mal. Amén.

Ave María.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Plegaria Mariana.
Santa María de Guadalupe Madre de la Misericordia, ten piedad de nosotros y ruega por los enfermos.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos Señor de todo mal. (x3)
Acuérdate o piadosísima Virgen María, que jamas se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro, haya sido desamparado de ti. Yo pecador, animado por tal confianza, acudo a ti oh Madre, Virgen de las vírgenes, aquí vengo delante de ti, me presento gimiendo, no quieras o Madre del Verbo, despreciar mi súplica, antes bien inclina a ella tus oídos y dígnate atenderlos favorablemente. Amén.
Corazón inmaculado de María, sed la salvación del alma mía. (x3)

Bendición final.
Que el Señor este con ustedes. Y con tu espíritu. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
Jesús yo confío en Ti (x3). Amén.

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