viernes, 28 de enero de 2011

Rosario de Sanación (inspirado al Laico Jairo Donado Pinto)

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Celebrante:     Padre Nuestro, que estas en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Congregación:  Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación; y líbranos del mal. Amén.
Celebrante:     Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Congregación:  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Celebrante:    “Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mateo 18, 20)
Congregación:  Lectura del Evangelio según San Lucas. Amor a los Enemigos.  (Lucas  6, 27-36). “Yo os digo a vosotros que escucháis; amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os calumnian. Al que te hiere en una mejilla, ofrécele también la otra; a quien te quita el manto, no le niegues la túnica. Da a quien te pida, y no reclames a quien te roba lo tuyo. Tratad a los hombres como queréis que ellos os traten a vosotros. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores aman a quienes los aman. Y si hacéis el bien a los que os lo hacen, ¿qué mérito tendréis? Los pecadores también lo hacen. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos otro tanto. Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno para los ingratos y perversos. Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

1er. Misterio de la Sanación:
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, tú que tienes el poder de perdonar los pecados, te suplico con toda mi alma y mi corazón, porque estoy arrepentido, perdones todas mis culpas y el mal que he provocado con mi proceder.
Celebrante:     “Hombre, tus pecados te son perdonados. (Lucas 5,20)
Celebrante:     ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. (se repite 10 veces)
Congregación:  Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. (se repite 10 veces)
Celebrante:     Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo,
Congregación:  Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

2do. Misterio de la Sanación:
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, quiero ser fiel a un Dios tan bueno y justo, te imploro me liberes del acoso continuo del demonio y sus huestes, para que no caiga en la tentación y en el pecado.

Celebrante:     “Retírate Satanás porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a El solo servirás”. (Mateo 4,10)

Congregación:  ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. (se repite 10 veces)
Celebrante:     Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. (se repite 10 veces)
Congregación:  Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo,
Celebrante:    Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

3er. Misterio de la Sanación:
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, te pido con todo mi ser restablezcas la salud de mi cuerpo y alma, cures mis dolencias, para poder servirte y adorarte todos los días de mi vida.                                            
Celebrante:     “Hija, tu fe te ha sanado, vete en paz, y queda curada de tu enfermedad”. (Marcos 5, 34)
Celebrante:     ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. (se repite 10 veces)
Congregación:  Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. (se repite 10 veces)
Celebrante:     Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo,
Congregación:  Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

4to. Misterio de la Sanación:
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, pongo en tus manos el peso de los problemas y preocupaciones que me angustian, en ti confío, permíteme Divino Redentor verme pronto libre de ellos para cantarte alabanzas.
Celebrante:     “¡Abba! ¡Padre! ¡Todo te es posible! ¡Aparta de mí este cáliz! Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú”. (Marcos 14,36)
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. (se repite 10 veces)
Celebrante:     Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. (se repite 10 veces)
Congregación:  Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo,
Celebrante:     Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

5to. Misterio de la Sanación:
Congregación:  ¡Cristo Jesús!, sufriendo voy por el sendero de la vida, agobiado y cansado de tanto soportar, Amoroso Cristo colma mis días de alegría y bonanza, abre mi espíritu para lo Eterno, para glorificarte noche y día.
Celebrante:     “La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, os la doy yo. No se turbe vuestro corazón ni tengáis miedo”.     (Juan 14,27)
Celebrante:     ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas. (se repite 10 veces)
Congregación:  Para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. (se repite 10 veces)
Celebrante:     Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo,
Congregación:  Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

Reflexión sobre El Regreso de Jesús:
¡Mi Buen Jesús!, ¡Hijo Amantísimo del Padre Celestial!, que ofreciste tu vida para salvar a todos los hombres, al estar frente a ti, mira mi corazón contrito, avergonzado por el peso de mis culpas. Te pido Señor en este momento, con toda mi alma, el perdón para todos mis pecados y  me concedas tu protección, sanación y ayuda.
¡Oh Señor de infinita misericordia y bondad!, mantén hacia mí la faz de tu rostro y así como tus sagrados pies se posan firmes sin resbalar, acrecienta mis fuerzas para no flaquear y resistir la tentación.
¡Amado Maestro!, con tu mano izquierda, apacigua y aleja de nosotros la violencia que nos agobia y amenaza con destruir a todas las naciones de la tierra, mientras que con tu mano derecha, bendícenos y muéstranos el camino de la Redención. Señor, hazte presente en nuestra vida, acude a esta súplica y detén la maldad, la mentira, la fatalidad y a todo aquel que sea instrumento del mal.
¡Si, Divino Salvador!, ruega al Padre Eterno por nosotros, para que nos libre de las ataduras del príncipe de este mundo, derrama sobre todos tus seguidores la gracia, la salud y el  perdón;  señálanos el camino, para encontrar muy pronto la solución a todos los problemas que nos angustian y amenazan con destruir nuestra vida y la paz interior.
Asimismo, como en la boda de Caná de Galilea transformaste el agua en vino, y en la celebración de la última cena con tus apóstoles transubstancializaste el pan y el vino en tu cuerpo y sangre, ¡Cristo Jesús!, convierte nuestras almas para que los hombres de este siglo, y de todas las edades, podamos ser salvos. Así sea.
¡Padre Nuestro, que estás en el cielo!, concédenos las peticiones que te hacemos con fe todas las personas que rezamos este Rosario, devuélvenos tu amistad y colma de gracia nuestra existencia con la presencia viva en nuestra vida del Espíritu Santo, te lo suplicamos humildemente por los méritos de tu Hijo Santo, Nuestro Señor Jesucristo. Así sea.

Salve:
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, Ea pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, o dulce, Virgen María, ruega por nosotros santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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1 comentario:

Audiocatólico dijo...

Esta devoción fue inspirada a Laico Jairo Donado Pinto de Santa Marta Colombia y ha recibido la aprobación para su practica personal, por parte de Monseñor Ugo Puccini Banfi, Obispo de esa localidad.